El séptimo mandamiento prohíbe el robo. El robo es la usurpación de los bienes ajenos
contra la voluntad de su dueño. Pero también peca contra este mandamiento la falta de
justicia y caridad en la distribución de los bienes de la tierra, entregados por el Creador
a todos los hombres. Los recursos de la tierra no pueden ser usados indiscriminadamente,
sin atender a la obligación que la caridad nos impone de repartir y distribuir con
justicia. Las actividades económicas deben favorecer el bienestar de todos, propiciar un
verdadero desarrollo de toda la humanidad, y no solo favorecer a unos pocos. |