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El emperador Tiberio era la
máxima autoridad del imperio
romano, y el país de Jesús,
como toda provincia del
imperio, estaba gobernado por
procuradores o gobernantes,
que tenían a su cargo el
manejo de la política exterior
y las comunicaciones, el control de la moneda y
del ejército.
La dominación romana se hacía sentir especialmente en el aspecto económico, ya que
todos los habitantes del
país de Jesús debían pagar
fuertes impuestos a Roma,
llamados tributos, sin recibir
nada a cambio. En muchos
casos, eran tratados casi como
esclavos.
El gobernador de Judea en
tiempos de Jesús era Poncio
Pilato.
En Galilea, donde vivía Jesús,
seguía gobernando Herodes
Antipas, otro de los hijos de
Herodes el Grande.
Los judíos tenían al
emperador romano como
máxima autoridad. En tiempos
de Jesús, el rey de los judíos
era Herodes. |
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