María, mírame. María, mírame.
Si tú me miras, Él también me mirará.
Madre mía, mírame,
de la mano llévame,
muy cerca de Él, que ahí me quiero quedar.
María, cúbreme con tu manto,
que tengo miedo, no sé rezar,
que por tus ojos misericordiosos
tendré la fuerza, tendré la paz.
María, mírame...
Madre, consuélame de mis penas,
es que no quiero ofenderle más,
que por tus ojos misericordiosos
quiero ir al cielo... ¡y verlos ya!
María, mírame...
Madre acógeme en el pesebre
junto a tu Niño y a san José
que por tus ojos misericordiosos…
toda mi vida, sea un Belén.
María, mírame...
En tus brazos, quiero descansar. |