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El matrimonio es el sacramento que consagra el amor de los esposos, y los hace fuertes para amarse durante toda la vida, siendo fieles y generosos en su amor. Los novios se dicen mutuamente el consentimiento matrimonial: «Yo te recibo a ti como esposa, y prometo serte fiel, amarte y respetarte durante toda mi vida». La alianza que se entregan es el símbolo de esta fidelidad.
El matrimonio es un camino para aprender a amar y un «estado de vida» dentro de la Iglesia. Los esposos sufren muchas crisis en el camino del amor. La oración y la vida sacramental les da la gracia y la fuerza para superarlas y para poder permanecer fieles al amor que se prometieron. Cuando, por distintas razones los esposos cristianos se separan, Dios continúa atrayéndolos hacia su amor misericordioso para que no se aparten de su amor y de la vida de la Iglesia. |
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