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Ignacio, antes de ser santo, fue un gran soldado. Aprendió a
vivir las virtudes de la valentía, la disciplina, la obediencia y la
fortaleza. Escribo un propósito con cada una de estas virtudes,
para poner en práctica en mi vida cotidiana. Le pido a san
Ignacio que me ayude a cumplir mis objetivos. |
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Miro mi corazón y pienso: ¿Cómo puedo dar gloria a Dios cada
día de mi vida? ¿Qué acciones de mi vida son para «mayor
gloria de Dios»? |
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