SAN CAYETANO
Pan y trabajo
Nació en el siglo XV en el norte de Italia. Creció en una familia alegre y fue un buen estudiante. Se destacaba por su solidaridad con los más pobres y necesitados.
Al terminar la escuela, decidió estudiar Derecho en la Universidad de Padua. Allí conoció la vida de la ciudad, y las muchas miserias que esta generaba, y comenzó a trabajar con empeño poniendo todos sus talentos para ayudar a los pobres y para curar las heridas de los enfermos. Se unió a otros jóvenes, y junto con ellos fundó la compañía del Amor Divino.
Cayetano sufría mucho por la Iglesia de su tiempo: la veía enferma y lastimada por la corrupción y por la división, y rezaba con mucha fuerza para que el Señor sanara sus heridas.
La comunidad de los Teatinos (así se llamó esta primera comunidad de Cayetano porque su primer superior fue el obispo de Teati) trabajaba sin cesar: en el campo, las calles, los hospitales y también en las cárceles. El corazón de Cayetano ardía del fuego de amor de Jesús: por todas partes iba anunciándolo y siempre se ponía al servicio de los pobres.
Murió en 1547 y fue recordado siempre por su oración y por su ayuda a los más necesitados. Desde el cielo, sigue intercediendo por las necesidades de todos los que a él acuden con fe.
En nuestro país, san Cayetano es el patrono del pan y del trabajo. Una antigua tradición cuenta que, cuando Buenos Aires era apenas una aldea, un campesino se arrodilló frente a la imagen del santo para rogarle por las cosechas que se venían secando a falta de lluvias. Pidió con gran insistencia, y para que el santo no se olvidara de sus ruegos, colocó en la mano de la imagen unas espigas de trigo.
Su fiesta se celebra el 7 de agosto. |