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Los santos no siempre fueron «santitos». A veces, se portaban
mal o tenían actitudes que hacían doler a los demás. Ser santos
no es hacer todo perfecto, sino poder reflexionar sobre lo que
hacemos y estar dispuestos a corregir nuestros errores.
Miro la actitud de Francisco Javier, que se burlaba del defecto
en la pierna de Ignacio de Loyola. Miro mi corazón y pienso:
– ¿Alguna vez me burlo de los defectos de los demás? ¿Cuándo?
– ¿Qué puedo hacer para cambiar de actitud y para
reparar mi burla? |
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Identifico en el mapa todos los lugares a los que llegó
Francisco Javier para anunciar el Evangelio. |
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Miro a mi alrededor y pienso: ¿a quiénes puedo anunciar yo
la buena noticia de Jesús? |
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