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Hago un dibujo imaginando cómo sería el castillo del que nos
habla Teresa. En la habitación central del castillo dibujo al
«rey», que es Jesús. |
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Miro mi corazón y escribo mi oración a Jesús, para pedirle que
me ayude a rezar y a amar como Teresa. |
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En esta semana, me propongo rezar un Padrenuestro cada día
intercediendo por las necesidades de mis amigos, especialmente,
por los más necesitados. |
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