La Biblia es el libro más vendido en el mundo. Sin embargo no todas las personas practican su lectura. Para los cristianos católicos la Biblia tiene un profundo valor religioso. En ella se revela la voluntad de Dios, tanto en la historia del pueblo de Israel como en la misión de su Hijo Jesucristo.
"Biblos" es una palabra griega que significa "libros" y de la cual deriva Biblia. Esta pues es una colección de libros sagrados. Se la divide en Antiguo Testamento y Nuevo Testamento. Esta denominación se deriva de la Alianza que Dios hizo con su pueblo Israel y la cual llega a su plenitud con Jesucristo.
Los hechos y relatos fueron transmitidos de manera oral por muchos siglos. Luego, durante las reformas de Esdras y Nehemías comenzó su redacción en rollos de pieles de animales. Durante el siglo II d.C, las comunidades cristianas reconocieron a los libros que hoy forman el Nuevo Testamento.
Si bien la Biblia tiene pasajes de un alto valor literario nuestra fe nos hace reconocer en ella la acción del propio Dios que se revela. En sus palabras encontramos el anuncio de la Salvación, la pedagogía de Dios para elegir y conducir a su pueblo.
Para la mayoría de nosotros, la Biblia continúa siendo un libro poco conocido o difícil de leer. Sin embargo necesitamos tener un método y una forma de lectura que nos ayude a comprenderla, y por sobre todo, a rezar con ella. Esta lectura orante de la Biblia recibe el nombre de Lectio Divina.
¿Qué es la Lectio Divina?
Es el ejercicio ordenado de la escucha personal de la Palabra de Dios. La expresión latina Lectio Divina quiere decir "lectura guiada por el Espíritu de Dios".
El primer paso en el camino de la Lectio Divina es la invocación al Espíritu Santo, este punto es fundamental. Para escuchar al Espíritu Santo es necesario crear un clima de oración. El Espíritu sólo actúa donde encuentra acogida y disposición para la conversación.
También, antes de comenzar, se puede leer un salmo o una oración apropiada.
LOS CUATRO PASOS DE LA LECTIO DIVINA
1. Lectura (Lectio)
El objetivo de este primer paso es responder la pregunta: ¿Qué dice el texto?
Es el momento del contacto con el texto, a través de una lectura lenta y atenta...leyendo palabra por palabra.
Trabajo con el texto
Aquí se aportan todos los elementos agrupados en tres categorías: NIVEL LITERARIO: Compartir lo que sabemos sobre el género literario, el lenguaje, el estilo, observar los detalles, las partes en qué está dividido. NIVEL HISTÓRICO: Compartir lo que sabemos sobre la situación histórica del pueblo en ese momento, analizar los personajes que aparecen, qué sabemos de ellos. Aportar todos los detalles sociales, políticos, económicos, geográficos, culturales y religiosos que nos permitan reconstruir la época y la sociedad en que fue escrito el texto leído. NIVEL TEOLÓGICO: Descubrir cuál es el mensaje del texto para el pueblo de ese tiempo.
2. Meditación (Meditatio)
En este segundo momento la intención es responder la pregunta: ¿Que nos dice el texto?
Es el momento de rumiar el texto. "Sacarle jugo", es decir, encontrarle sentido y relación con nuestra vida.
Comprender e interpretar cuál es el mensaje del texto para nuestros días.
Actualizar, comparar su mensaje con las situaciones que vivimos hoy y dejar que la Palabra las ilumine y nos guíe.
3.Oración (oratio)
La meta de este momento responde a la pregunta: ¿Qué le decimos a Dios después de escuchar la Palabra?
Todo lo compartido se presenta ante el Señor. A través de peticiones, acciones de gracias, ofrecimientos, súplicas de perdón, lecturas de salmos o cantos. En la oración somos nosotros los que nos dirigimos a Dios, que nos ha hablado.
4. Contemplación (Contemplatio)
En este último paso sólo nos queda mirar, amar, actuar. Se experimenta la necesidad de mirar sólo a Jesús, porque el haber experimentado a Jesús personalmente, como Salvador y Liberador, cambia inevitablemente mi vida, mis juicios, mis criterios y llega a ser la confesión práctica, vivida en mis decisiones cotidianas, de que él es el Señor de mi vida, de mi historia y de la historia de todas las personas.
Oraciones
Oración para antes de leer la Biblia
Jesús Maestro,
que has dicho: Donde están
dos o tres reunidos en mi nombre,
Allí estoy yo en medio de ellos,
quédate con nosotros, que estamos reunidos
para meditar y comulgar con tu Palabra.
Tú eres el Maestro y la Verdad:
Ilumínanos para que
comprendamos mejor
las Sagradas Escrituras.
Tú eres la guía y el camino:
haz que seamos dóciles
en tu seguimiento.
Tú eres la Vida:
haz que nuestros corazones
sean la buena tierra
donde la semilla de tu Palabra
produzca frutos abundantes
de santidad y apostolado.
Jesús Maestro, Camino, Verdad y Vida.
Ten piedad de nosotros.
Oración para después de leer la Biblia
Jesús Maestro,
Tú has dicho que la Vida eterna
es conocerte a ti y al Padre.
Envía sobre nosotros
la abundancia del Espíritu Santo
que nos ilumine, guíe y
fortalezca en tu seguimiento,
pues tú eres el único camino al Padre.
Haz que crezcamos en el amor
para que seamos, como Pablo,
testigos vivientes de tu Evangelio.
Con María, Madre, Maestra y
Reina de los Apóstoles,
conservaremos tu Palabra
y la meditaremos en nuestro corazón.
Jesús Maestro, Camino, Verdad y Vida.
Ten piedad de nosotros.
VERBUM DOMINI Exhortación Apostólica Postsinodal sobre la Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia. Benedicto XVI - Año 2010
Del 5 al 16 de octubre de 2008 se celebró en el Vaticano la XII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que tuvo como lema “La palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia”.
El Papa Benedicto XVI elaboró esta Exhortación Apostólica con la intención de dar a conocer a todo el pueblo de Dios la riqueza de esa reunión vaticana y las indicaciones propuestas para revalorizar la Palabra divina en la vida de la Iglesia, fuente de constante renovación, deseando al mismo tiempo que ella sea, cada vez más el corazón de toda actividad eclesial.
Esta exhortación, en una primera parte se dedica a una catequesis del “Verbo de Dios”, la Palabra, el Dios que habla, y la respuesta del hombre, junto con las indicaciones para el estudio de la Palabra.
En una segunda parte se dedica a la Palabra en la Iglesia, su enseñanza, su liturgia y su celebración.
En la tercera y última se refiere a la Palabra y el mundo, la misión de anunciar, el compromiso, la Palabra y la culturas y el diálogo interreligioso.
DEI VERBUM Constitución Dogmática sobre la Revelación Divina Concilio Vaticano II - Año 1985
Este documento pertenece al Concilio Vaticano II. Fue redactado siguiendo fielmente todo lo propuesto en dicho Concilio para la revalorización de la revelación divina presente en la Biblia por parte de la Iglesia.
Para elaborar esta constitución dogmática se tuvo en cuenta el camino trazado por los Concilios Tridentino y Vaticano I.
Con este escrito se propone exponer la doctrina auténtica sobre la divina revelación y de su transmisión, para que todo el mundo, oyendo, crea el anuncio de salvación, creyendo, espere, y esperando, ame.
El texto del documento es una catequesis completa y muy rica sobre el verdadero valor de la revelación divina, del texto bíblico como Palabra de Dios, y de la importancia de la lectura personal y comunitaria de la Biblia.
Al concluir, el texto dice que con la lectura y el estudio de los libros sagrados la Palabra del Señor se propagará rápidamente y será glorificada, así el tesoro de la revelación confiado a la Iglesia llenará cada vez más los corazones de las personas. Así como la vida de la Iglesia recibe incremento por la asidua frecuencia del ministerio de la Eucaristía, así, también se puede esperar un nuevo impulso de la vida espiritual por la creciente veneración de la Palabra de Dios que “permanece para siempre” (Is 40, 8; cf. 1 Ped 1, 23-25).