JUNIO 2024
1 junio 2024
Mc 11, 27-33
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos regresaron a Jerusalén. Mientras Jesús andaba por el templo, se acercaron a él los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos, y le preguntaron: -¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te dio la autoridad para hacerlo?
Jesús les contestó: -Yo también les voy a hacer una pregunta: ¿Quién envío a Juan a bautizar, Dios o los hombres? Contéstenme, y yo les diré con qué autoridad hago esto.
Ellos se pusieron a discutir unos con otros: “Si respondemos que Dios lo envió, va a decir: Entonces ¿por qué no le creyeron? ¿Y cómo vamos a decir que lo enviaron los hombres?...”
Tenían miedo de la gente, pues todos creían que Juan era profeta. Así que respondieron a Jesús: -No lo sabemos.
Entonces Jesús les contestó: -Pues yo tampoco les digo con qué autoridad hago esto.
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2 junio 2024 - DOMINGO DE CORPUS CHRISTI -
Mc 14, 12-16.22-25
El primer día de la fiesta en que se comía el pan sin levadura, cuando se sacrificaba el cordero de Pascua, los discípulos de Jesús le preguntaron: -¿Dónde quieres que vallamos a prepararte la cena de pascua?
Entonces envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: -Vayan a la ciudad. Allí encontrarán a un hombre que lleva un cántaro de agua; síganlo, y donde entre, digan al dueño de la casa: “El Maestro pregunta: ¿Cuál es el cuarto donde voy a comer con mis discípulos la cena de Pascua?” Él les mostrará en el piso alto un cuarto grande, arreglado y ya listo para la cena. Prepárennos allí lo necesario.
Los discípulos salieron y fueron a la ciudad. Lo encontraron todo como Jesús les había dicho, y prepararon la cena de Pascua.
Mientras comían, Jesús tomó en sus manos el pan y, habiendo pronunciado la bendición, lo partió y se lo dio a ellos, diciendo: -Tomen, esto es mi cuerpo. Luego tomó en sus manos una copa y, habiendo dado gracias a Dios, se la pasó a ellos, y todos bebieron. Les dijo: -Esto es mi sangre, con la que se confirma la alianza, sangre que es derramada a favor de muchos. Les aseguro que no volveré a beber del producto de la vid, hasta el día en que beba el vino nuevo en el reino de Dios.
Después de cantar los salmos, se fueron al Monte de los Olivos.
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3 junio 2024
Mc 12, 1-12
En aquel tiempo, Jesús comenzó a hablarles por medio de parábolas. Les dijo: “Un hombre plantó un viñedo y le puso un cerco; preparó un lugar donde hacer el vino y levantó una torre para vigilarlo todo. Luego alquiló el terreno a unos labradores y se fue de viaje. A su debido tiempo, mandó un criado a pedir a los labradores la parte de la cosecha que le correspondía. Pero ellos le echaron mano, lo golpearon y lo enviaron con las manos vacías. Entonces el dueño mandó otro criado, pero a éste lo hirieron en la cabeza y lo insultaron. Mandó a otro, y a éste lo mataron. Después mandó a otros muchos; y a unos los golpearon y a otros los mataron. Todavía le quedaba uno: su propio hijo, a quien quería mucho. Por último lo mandó a él, pensando: Sin duda, respetarán a mi hijo. Pero los labradores se dijeron unos a otros: Este es el que ha de recibir la herencia; matémoslo, y será nuestra la propiedad. Así que lo agarraron, lo mataron y arrojaron el cuerpo fuera del viñedo. ¿Y qué creen ustedes que hará el dueño del viñedo? Pues irá y matará a esos labradores, y dará el viñedo a otros. ¿No han leído en la Escritura? Dice: La piedra que los constructores despreciaron se ha convertido en la piedra principal. Esto lo hizo el Señor, y estamos maravillados.” Quisieron entonces arrestar a Jesús, porque sabían que había usado esta parábola contra ellos. Pero como tenían miedo de la gente, lo dejaron y se fueron.
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4 junio 2024
Mc 12, 13-17
En aquel tiempo, mandaron a Jesús algunos de los fariseos y del partido de Herodes, para hacerle decir algo de que pudieran acusarlo. Éstos fueron y le dijeron:
-Maestro, sabemos que tú dices la verdad, sin dejarte llevar por lo que diga la gente, porque no hablas para darles gusto. Tú enseñas de veras el camino de Dios. ¿Está bien que paguemos impuestos al emperador romano o no? ¿Debemos o no debemos pagarlos?
Pero Jesús, que conocía su hipocresía, les dijo:
-¿Por qué me tienden trampas? Tráiganme una moneda de denario para que la vea.
Se la llevaron, y Jesús les dijo:
-¿De quién es esta cara y el nombre que aquí esta escrito?
Le contestaron:
-Del emperador.
Entonces Jesús les dijo:
-Pues den al emperador lo que es del emperador, y a Dios lo que es de Dios.
Y su respuesta los dejó admirados.
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5 junio 2024
Mc 12, 18-27
En aquel tiempo, fueron a ver a Jesús algunos saduceos. Estos dicen que los muertos no resucitan; por eso le presentaron este caso: -Maestro, Moisés nos dejó escrito que si un hombre casado muere sin haber tenido hijos con su mujer, el hermano del difunto deberá tomar por esposa a la viuda, para darle hijos al hermano que murió. Pues bien, había una vez siete hermanos, el primero de los cuales se casó, pero murió sin dejar hijos. Entonces el segundo se casó con la viuda, pero él también murió sin dejar hijos. Lo mismo pasó con el tercero, y con los siete; pero ninguno dejó hijos. Finalmente murió también la mujer. Pues bien, en la resurrección, cuando vuelvan a vivir, ¿de cuál de ellos será esposa esta mujer, si los siete estuvieron casados con ella?
Jesús les contestó: -Ustedes están equivocados, porque no conocen las Escrituras ni el poder de Dios. Cuando los muertos resuciten, lo hombres y las mujeres no se casarán, pues serán como los ángeles que están en el cielo. Y en cuanto a que los muertos resucitan, ¿no han leído ustedes en el libro de Moisés el pasaje de la zarza que ardía? Dios le dijo a Moisés: “Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.” ¡Y él no es Dios de muertos, sino de vivos! Ustedes están muy equivocados.
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6 junio 2024
Mc 12, 28-34
En aquel tiempo, uno de los maestros de la ley, se acercó a Jesús y le preguntó: -¿Cuál es el primero de todos los mandamientos? Jesús le contestó: -El primer mandamiento de todos es: “Oye, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.” Pero hay un segundo: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” Ningún mandamiento es más importante que éstos.
El maestro de la ley le dijo: -Muy bien, Maestro. Es verdad lo que dices: hay un solo Dios, y no hay otro fuera de él. Y amar a Dios con todo el corazón, y con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios que se queman en el altar.
Al ver Jesús que el maestro de la ley había contestado con buen sentido le dijo: -No estás lejos del reino de Dios.
Y ya nadie se atrevía a hacerle más preguntas.
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7 junio 2024 - Sagrado Corazón de Jesús -
Jn 19, 31-37
Cuando crucificaron a Jesús era el día antes de la Pascua, y los judíos no querían que los cuerpos quedaran en las cruces durante el sábado, pues precisamente aquel sábado era muy solemne. Por eso le pidieron a Pilato que ordenara quebrar las piernas a los crucificados y que quitaran de allí los cuerpos. Los soldados fueron entonces y le quebraron las piernas al primero, y también al otro que estaba crucificado junto a Jesús. Pero al acercarse a Jesús, vieron que ya estaba muerto. Por eso no le quebraron las piernas. Sin embargo, uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza, y al momento salió sangre y agua. El que cuenta esto es uno que lo vio, y dice la verdad; él sabe que dice la verdad, para que ustedes también crean. Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliera la Escritura que dice: “No le quebrarán ningún hueso.” Y en otra parte, la Escritura dice: “Mirarán al que traspasaron.”
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8 junio 2024- Inmaculado Corazón de María
Lc 2, 41-51
Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. Y así, cuando cumplió doce años, fueron allá todos ellos, como era costumbre en esa fiesta. Pero pasados aquellos días, cuando volvían a casa, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que sus padres se dieran cuenta. Pensando que Jesús iba entre la gente, hicieron un día de camino; pero luego, al buscarlo entre pariente y conocidos, no lo encontraron. Así que regresaron a Jerusalén para buscarlo allí.
Al cabo de tres días lo encontraron en el templo, sentado entre los maestros de la ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos lo que lo oían se admiraban de su inteligencia y de sus respuestas. Cuando sus padres lo vieron, se sorprendieron; y su madre le dijo:
-Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia.
Jesús les contestó:
- ¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre?
Pero ellos no entendieron lo que les decía.
Entonces volvió con ellos a Nazaret, donde vivió obedeciéndolos en todo. Su madre guardaba todo esto en su corazón.
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9 junio 2024 - 10º DOMINGO DURANTE EL AÑO -
Mc 3, 20-35
En aquel tiempo, Jesús entró Jesús en una casa, y se juntó tanta gente, que ni siquiera podían comer él y sus discípulos. Cuando lo supieron los parientes de Jesús, fueron a llevárselo, pues decían que se había vuelto loco.
También los maestros de la ley que habían llegado de Jerusalén decían: «Beelzebú, el propio jefe de los demonios, es quien le ha dado a este hombre el poder de expulsarlos.»
Jesús los llamó, y les puso un ejemplo, diciendo: «¿Cómo puede Satanás expulsar al propio Satanás? Un país dividido en bandos enemigos, no puede mantenerse; y una familia dividida, no puede mantenerse. Así también, si Satanás se divide y se levanta contra sí mismo, no podrá mantenerse; habrá llegado a su fin.
Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y robarle sus cosas, si no lo ata primero; solamente así podrá robárselas.
Les aseguro que Dios dará su perdón a los hombres por todos los pecados y todo lo malo que digan: pero el que ofenda con sus palabras al Espíritu Santo, nunca tendrá perdón, sino que será culpable para siempre.»
Esto lo dijo Jesús porque ellos afirmaban que tenía un espíritu impuro.
Entre tanto llegaron la madre y los hermanos de Jesús, pero se quedaron afuera y mandaron llamarlo. La gente que estaba sentada alrededor de Jesús le dijo: -Tu madre, tus hermanos y tus hermanas están afuera, y te buscan.
Él les contestó: -¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?
Luego, mirando a los que estaban sentados a su alrededor, añadió: -Éstos son mi madre y mis hermanos. Pues cualquiera que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.
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10 junio 2024
Mt 4, 25—5, 12
En aquel tiempo, mucha gente de Galilea, de los pueblos de Decápolis, de Jerusalén, de Judea y de la región al oriente del Jordán seguía a Jesús.
Al ver a la multitud, Jesús subió al monte y se sentó.
Sus discípulos se le acercaron, y él tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo: “Dichosos los que tienen espíritu de pobres, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que sufren, porque serán consolados. Dichosos los humildes, porque heredarán la tierra prometida. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán satisfechos. Dichosos los compasivos, porque Dios tendrá compasión de ellos. Dichosos los de corazón limpio, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará hijos suyos. Dichosos los perseguidos por hacer lo que es justo, porque de ellos es el reino de los cielos.
Dichosos ustedes, cuando la gente los insulte y los maltrate, y cuando por causa mía los ataquen con toda clase de mentiras. Alégrense, estén contentos, porque van a recibir un gran premio en el cielo; pues así también persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes.
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11 junio 2024 - San Bernabé apóstol -
Mt 10, 7-13
En aquel tiempo Jesús dijo a sus apóstoles: "Vayan y anuncien que el reino de los cielos se ha acercado. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los leprosos y expulsen a los demonios. Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo. No lleven oro ni plata ni cobre ni provisiones para el camino. No lleven ropa de repuesto ni sandalias ni bastón, pues el trabajador tiene derecho a su alimento. Cuando lleguen ustedes a un pueblo o aldea, busquen alguna persona de confianza y quédense en su casa hasta que se vayan de allí. Al entrar en la casa, saluden a los que viven en ella. Si la gente de la casa lo merece, su deseo de paz se cumplirá; pero si no se lo merece, ustedes nada perderán".
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12 junio 2024
Mt 5, 17-19
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No crean ustedes que yo he venido a suprimir la ley o los profetas; no he venido a ponerles fin, sino a darles su pleno valor. Pues les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, no se le quitará a la ley ni un punto ni una letra, hasta que todo llegue a su cumplimiento. Por eso, el que no obedece uno de los mandatos de la ley, aunque sea el más pequeño, ni enseña a la gente a obedecerlo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos. Pero el que los obedece y enseña a otros a hacer lo mismo, será considerado grande en el reino de los cielos.»
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13 junio 2024
Mt 5, 20-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Les digo a ustedes que, si no superan a los maestros de la ley y a los fariseos en hacer lo que es justo ante Dios, nunca entrarán en el reino de los cielos.
Ustedes han oído que a sus antepasados se les dijo: “No mates, pues el que mate será condenado.” Pero yo les digo que cualquiera que se enoje con su hermano, será condenado. Al que insulte a su hermano, lo juzgará la Junta Suprema; y el que injurie gravemente a su hermano se hará merecedor del fuego del infierno.
Así que, si al llevar tu ofrenda al altar te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí mismo delante del altar y ve primero a ponerte en paz con tu hermano. Entonces podrás volver al altar y presentar tu ofrenda.
Si alguien te lleva a juicio, ponte de acuerdo con él mientras todavía estés a tiempo, para que no te entregue al juez; porque si no, el juez te entregará a los guardias y te meterán en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo.»
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14 junio 2024
Mt 5, 27-32
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Ustedes han oído que se dijo: “No cometerás adulterio.” Pero yo les digo que cualquiera que mira con deseo a una mujer, ya cometió adulterio con ella en su corazón.
Así pues, si tu ojo derecho te hace caer en pecado, sácatelo y échalo lejos de ti; es mejor que pierdas una sola parte de tu cuerpo, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha te hace caer en pecado, córtatela y échala lejos de ti; es mejor que pierdas una sola parte de tu cuerpo, y no que todo tu cuerpo vaya a parar al infierno.
También se dijo: “Cualquiera que se divorcia de su esposa, debe darle un certificado de divorcio.” Pero yo les digo que si un hombre se divorcia de su esposa, a no ser en el caso de una unión ilegal, la pone en peligro de cometer adulterio. Y el que se casa con una divorciada, comete adulterio.»
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15 junio 2024
Mt 5, 33-37
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «También han oído ustedes que se dijo a los antepasados: “No dejes de cumplir lo que hayas ofrecido al Señor bajo juramento.” Pero yo les digo: simplemente, no juren. No juren por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran rey.
Ni juren ustedes tampoco por su propia cabeza, porque no pueden hacer blanco o negro ni un solo cabello. Baste con decir claramente “sí” o “no”. Pues lo que se aparta de esto, es malo.»
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16 junio 2024 - 11º DOMINGO DURANTE EL AÑO -
Mt 4, 26-34
En aquel tiempo, dijo Jesús: “Con el reino de Dios sucede como con el hombre que siembra semilla en la tierra: que lo mismo da que esté dormido o despierto, que sea de noche o de día, la semilla nace y crece, sin que él sepa cómo. Y es que la tierra produce por sí misma: primero el tallo, luego la espiga y más tarde los granos que llenan la espiga. Y cuando ya el grano está maduro, lo recoge, porque ha llegado el tiempo de la cosecha.”
También dijo Jesús: “¿A qué se parece el Reino de Dios, o con qué podremos compararlo? Es como una semilla de mostaza que se siembra en la tierra. Es la más pequeña de todas las semillas del mundo, pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas las otras plantas del huerto, con ramas tan grandes que hasta las aves pueden posarse bajo su sombra.”
De esta manera les enseñaba Jesús el mensaje, por medio de muchas parábolas como éstas, según podían entender. Pero no les decía nada sin parábolas, aunque a sus discípulos se lo explicaba todo aparte.
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17 junio 2024
Mt 5, 38-42
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Ustedes han oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente”. Pero yo les digo: no resistas al que te haga algún mal; al contrario, si alguien te pega en la mejilla derecha, ofrécele también la otra. Si alguien te demanda y te quiere quitar la camisa, déjale que se lleve también tu capa. Si te obligan a llevar carga una milla, llévala dos. A cualquiera que te pida algo, dáselo; y no le vuelvas la espalda al que te pida prestado.»
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18 junio 2024
Mt 5, 43-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «También han oído que se dijo: “Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo.” Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, y oren por quienes los persiguen. Así ustedes serán hijos de su Padre que está en el cielo; pues él hace que su sol salga sobre malos y buenos, y manda la lluvia sobre justos e injustos. Porque si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué premio recibirán? Hasta los que cobran impuestos para Roma se portan así. Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? Hasta los paganos se portan así. Sean ustedes perfectos, como su Padre que está en el cielo es perfecto.»
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19 junio 2024
Mt 6, 1-6. 16-18
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No hagan sus buenas obras delante de la gente sólo para que los demás los vean. Si lo hacen así, su Padre que está en el cielo no les dará ningún premio.
Por eso, cuando ayudes a los necesitados, no lo publiques a los cuatro vientos, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente hable bien de ellos. Les aseguro que con eso ya tienen su premio. Cuando tú ayudes a los necesitados, no se lo cuentes ni siquiera a tu amigo más íntimo; hazlo en secreto. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu premio.
Cuando ustedes oren, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que con eso ya tienen su premio. Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre en secreto. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu premio.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como los hipócritas, que aparentan tristeza para que la gente vea que están ayunando. Les aseguro que con eso ya tienen su premio. Tú, cuando ayunes, lávate la cara y arréglate bien, para que la gente no note que estás ayunando. Solamente lo notará tu Padre, que está en lo oculto, y tu Padre que ve en lo oculto te dará tu recompensa.»
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20 junio 2024
Mt 6, 7-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Y al orar no repitan ustedes palabras inútiles, como hacen los paganos, que se imaginan que cuanto más hablen más caso les hará Dios. No sean como ellos, porque su Padre ya sabe lo que ustedes necesitan, antes que se lo pidan. Ustedes deben orar así: “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra, así como se hace en el cielo.
Danos hoy el pan que necesitamos. Perdónanos el mal que hemos hecho, así como nosotros hemos perdonado a lo que nos han hecho mal.
No nos expongas a la tentación, sino líbranos del maligno.”
Porque si ustedes perdonan a otros el mal que les han hecho, su Padre que está en el cielo los perdonará también a ustedes; pero si no perdonan a otros, tampoco su Padre les perdonará a ustedes sus pecados.»
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21 junio 2024
Mt 6, 19-23
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No amontonen riquezas aquí en la tierra, donde la polilla destruye y las cosas se echan a perder, y donde los ladrones entran a robar. Más bien amontonen riquezas en el cielo, donde la polilla no destruye ni las cosas se echan a perder ni los ladrones entrar a robar. Pues donde esté tu riqueza, allí estará también tu corazón. Los ojos son la lámpara del cuerpo; así que, si tus ojos son buenos, todo tu cuerpo tendrá luz; pero si tus ojos son malos, todo tu cuerpo estará en oscuridad. Y si la luz que hay en ti resulta ser oscuridad, ¡qué negra será la oscuridad misma!»
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22 junio 2024
Mt 6, 24-35
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y querrá al otro, o será fiel a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y a las riquezas. Por lo tanto, yo les digo: No se preocupen por lo que han de comer o beber para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. ¿No vale la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa? Miren las aves que vuelan por el aire: no siembran ni cosechan ni guardan la cosecha en graneros; sin embargo, el Padre de ustedes que está en el cielo les da de comer. ¡Y ustedes valen más que las aves! En todo caso, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora? ¿Y por qué se preocupan ustedes por la ropa? Fíjense cómo crecen los lirios el campo: no trabajan ni hilan. Sin embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, ¡con mayor razón los vestirá a ustedes, gente falta de fe! Así que no se preocupen, preguntándose: “¿Qué vamos a comer?” o “¿Qué vamos a beber?” o “¿Con qué vamos a vestirnos?” Todas estas cosas son las que preocupan a los paganos, pero ustedes tienen un Padre celestial que ya sabe que las necesitan. Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas. No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas.»
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23 junio 2024 - 12º DOMINGO DURANTE EL AÑO -
Mc 4, 35-41
En aquel tiempo, al anochecer, Jesús dijo a sus discípulos: -Vamos al otro lado del lago.
Entonces dejaron a la gente y llevaron a Jesús en la barca en que ya estaba; y también otras barcas lo acompañaban. En esto se desató una tormenta, con un viento tan fuerte que las olas caían sobre la barca, de modo que se llenaba de agua. Pero Jesús se había dormido en la parte de atrás, apoyado sobre una almohada. Lo despertaron y le dijeron: -¡Maestro! ¿No te importa que nos estemos hundiendo?
Jesús se levantó y dio una orden al viento, y dijo al mar: -¡Silencio! ¡Quédate quieto!
El viento se calmó, y todo quedó completamente tranquilo. Después dijo Jesús a sus discípulos: -¿Por qué están asustados? ¿Todavía no tienen fe?
Ellos se llenaron de miedo, y se preguntaban unos a otros: -¿Quién será éste, que hasta el viento y el mar lo obedecen?
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24 junio 2024 - Nacimiento de san Juan Bautista
Lc 1, 57-66.80
Al cumplirse el tiempo en que Isabel debía dar a luz, tuvo un hijo. Sus vecinos y parientes fueron a felicitarla cuando supieron que el Señor había sido bueno con ella. A los ocho días, llevaron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías. Pero su madre dijo: -No. Tiene que llamarse Juan.
Le contestaron: -No hay nadie en tu familia con ese nombre.
Entonces preguntaron por señas al padre del niño, para saber qué nombre quería ponerle. El padre pidió una tabla para escribir, y escribió: “Su nombre es Juan”. Y todos se quedaron admirados. En aquel mismo momento Zacarías volvió a hablar, y comenzó a alabar a Dios. Todos los vecinos estaban asombrados, y en toda la región montañosa de Judea se contaba lo sucedido. Todos los que lo oían se preguntaban a sí mismos: «¿Qué llegará a ser este niño?» Porque ciertamente el Señor mostraba su poder en favor de él.
El niño crecía y se hacía fuerte espiritualmente, y vivió en los desiertos hasta el día en que se dio a conocer a los israelitas.
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25 junio 2024
Mt 7, 6. 12-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No den las cosas sagradas a los perros, no sea que se vuelvan contra ustedes y los hagan pedazos. Y no echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen.
Así pues, hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes; porque en eso se resumen la ley y los profetas.
Entren por la puerta angosta. Porque la puerta y el camino que llevan a la perdición son anchos y espaciosos, y muchos entran por ellos; pero la puerta y el camino que llevan a la vida son angostos y difíciles, y pocos los encuentran.»
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26 junio 2024
Mt 7, 15-20
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuídense de esos mentirosos que pretenden hablar de parte de Dios. Vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. Ustedes los pueden reconocer por sus acciones, pues no se cosechan uvas de los espinos ni higos de los cardos. Así, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo. El árbol bueno no puede dar fruto malo, ni el árbol malo dar fruto bueno. Todo árbol que no da buen fruto, se corta y se echa al fuego. De modo que ustedes los reconocerán por sus acciones.»
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27 junio 2024
Mt 7, 21-29
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No todos los que me dicen: “Señor, Señor”, entrarán en el reino de los cielos, sino solamente los que hacen la voluntad de mi Padre celestial. Aquel día muchos me dirán: “Señor, Señor, nosotros comunicamos mensajes en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros”. Pero entonces les contestaré: “Nunca los conocí; ¡aléjense de mí, malhechores!” Por tanto, el que me oye y hace lo que yo digo, es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Vino la lluvia, crecieron los ríos y soplaron los vientos contra la casa; pero no cayó, porque tenía su base sobre la roca. Pero el que me oye y no hace lo que yo digo, es como un tonto que construyó su casa sobre la arena. Vino la lluvia, crecieron los ríos, soplaron los vientos y la casa se vino abajo. ¡Fue un gran desastre!»
Cuando Jesús terminó de hablar, toda la gente estaba admirada de cómo les enseñaba, porque lo hacía con plena autoridad, y no como sus maestros de la ley.
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28 junio 2024
Mt 8, 1-4
En aquel tiempo, cuando Jesús bajó del monte, mucha gente lo siguió. En esto se le acercó un hombre enfermo de lepra, el cual se puso de rodillas delante de él y le dijo: -Señor, si quieres puedes limpiarme de mi enfermedad.
Jesús lo tocó con la mano, y dijo: -Quiero. ¡Queda limpio!
Al momento, el leproso quedó limpio de su enfermedad. Jesús añadió: -Mira, no se lo digas a nadie; solamente ve y preséntate al sacerdote, y lleva la ofrenda que ordenó Moisés, para que conste ante los sacerdotes.
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29 junio 2024 - Santos Pedro y Pablo, Apóstoles -
Mt 16, 13-19
Cuando Jesús llegó a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos: -¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?
Ellos contestaron: -Algunos dicen que Juan el Bautista; otros dicen que Elías, y otros dicen que Jeremías o algún otro profeta.
-Y ustedes, ¿quién dicen que soy? - les preguntó.
Simón Pedro le respondió: -Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente.
Entonces Jesús le dijo: -Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás, porque esto no lo conociste por medios humanos, sino porque te lo reveló mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra voy a construir mi iglesia; y ni siquiera el poder de la muerte podrá vencerla. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que tú ates aquí en la tierra, también quedará atado en el cielo, y lo que tú desates aquí en la tierra, también quedará desatado en el cielo.
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30 junio 2024 - 13º DOMINGO DURANTE EL AÑO
Mc 5, 21-43
Cuando Jesús regresó en la barca al otro lado del lago, se le reunió mucha gente, y él se quedó en la orilla. En esto llegó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, que al ver a Jesús se echó a sus pies y le rogó mucho, diciéndole: - Mi hija se está muriendo; ven a poner tu mano sobre ella, para que sane y viva.
Jesús fue con él, y mucha gente lo acompañaba apretujándose a su alrededor. Entre la multitud había una mujer que desde hacía doce años estaba enferma, con derrames de sangre. Había sufrido mucho a manos de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía, sin que le hubiera servido de nada. Al contrario, iba de mal en peor. Cuando oyó hablar de Jesús, esta mujer se le acercó por detrás, entre la gente, y le tocó la capa. Porque pensaba: “Tan sólo con que llegue a tocar su capa, quedaré sana.” Al momento, el derrame de sangre se detuvo, y sintió en el cuerpo que ya estaba curada de su enfermedad. Jesús dándose cuenta de que había salido poder de él, se volvió a mirar a la gente, y preguntó: -¿Quién me ha tocado la ropa?
Sus discípulos le dijeron: -Ves que la gente te oprime por todos lados, y preguntas “¿Quién me ha tocado?”
Pero Jesús seguía mirando a su alrededor, para ver quién lo había tocado. Entonces la mujer, temblando de miedo y sabiendo lo que le había pasado, fue y se arrodilló delante de él, y le contó toda la verdad. Jesús le dijo: - Hija, por tu fe has sido sanada. Vete tranquila y curada ya de tu enfermedad.
Todavía estaba hablando Jesús, cuando llegaron unos de la casa del jefe de la sinagoga a decirle al padre de la niña: -Tu hija ha muerto. ¿Para qué molestar más al Maestro?
Pero Jesús, sin hacer caso de ellos, le dijo al jefe de la sinagoga: -No tengas miedo; cree solamente.
Y no dejó que los acompañaran más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Al llegar a la casa del jefe de la sinagoga y ver el alboroto y la gente que lloraba y gritaba, entró y les dijo: -¿Por qué hacen tanto ruido y lloran de esa manera? La niña no está muerta sino dormida.
La gente se rió de Jesús, pero él los hizo salir a todos, y tomando al padre, a la madre y a los que lo acompañaban, entró a donde estaba la niña. La tomó de la mano y le dijo: -Talita, cum (que significa: “Muchacha, a ti te digo, levántate”).
Al momento, la muchacha, que tenía doce años, se levantó y echó a andar. Y la gente se quedó muy admirada. Pero Jesús ordenó severamente que no se lo contaran a nadie, y luego mandó que dieran de comer a la niña.
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