A lo largo de la historia, María se ha manifestado al mundo de diferentes maneras, en diferentes pueblos y lugares, para recordar a las personas el amor de Dios y las gracias de la salvación obtenidas por su Hijo Jesús para toda la humanidad. Algunas veces lo ha hecho de forma milagrosa, por medio de apariciones; y otras veces, mediante acontecimientos más comunes de la historia. Cada pueblo la «llama», la «advoca», con un nombre distinto, refiriéndose a la manera en que María quiso manifestarse en ese lugar, y la hacen, pintan y visten según su cultura y tradición.
Todos los pueblos la invocan bajo distintas «advocaciones». Pero María es siempre la misma, la Madre de Dios y de todos las personas, que está presente junto a sus hijos allí donde ellos la necesitan.
Aquí te contamos las historias de algunas advocaciones marianas, para que, a medida que las conozcas, puedas amar a María cada día más. |